Un actor y modelo muy caballeroso y talentoso vive en el norte de Quito, se llama Rugga y es un mastín napolitano de siete años de edad, que ha dedicado gran parte de su vida al mundo del espectáculo.
Su carrera se ha forjado gracias a dos grandes amigos.
Tito Castro, su manager, quién lo ha preparado para importantes comerciales y presentaciones y Christian Enríquez, más que ser su amo, se ha convertido en un padre para este musculoso perro.
Pero sus inicios no fueron nada faciles. Rugga se topó con varios obstáculos. “Los inicios de Rugga fueron muy complicados, fue catalogado como el patito feo de los perros”, explica su dueño.
Varios años de entrenamientos, trabajo en grupo y esfuerzo le permitieron a Rugga alcanzar la fama.
Durante todos estos años ha logrado participar en algunos comerciales locales e internacionales. además de ganar varios desfiles caninos.
Este mastín napolitano es padre de familia, tiene cerca de 30 hijos, más de 100 nietos y pronto tendrá bis nietos.
Durante todos estos años Rugga conoció cual es el verdadero precio de la fama, pero su mayor recompensa es poder disfrutar ahora de los lujos de un artista retirado que disfruta de su gran familia.
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