Parte del atractivo cultural de Brasil es el ingrediente mágico y religioso que lo rodea, representado sobre todo por una mezcla de catolicismo y macumba; esta última creencia la heredaron los brasileños de los esclavos que llegaron de África a finales del siglo XV.
Como en casi todos los países latinoamericanos con raíces afro, en el país sede del Mundial de Fútbol se han fusionado la religión católica con los ritos africanos llenos de música y esoterismo.
Esta mezcla se ve reflejada en cultos como la santería, candomblé y macumba, muy populares entre los brasileños, quienes no ocultan estas creencias, sino al contrario, las divulgan al mundo a través de sus producciones televisivas y la venta de fetiches. Este último sector es el más beneficiado con la llegada del Mundial.
La comercialización de imágenes se ha multiplicado considerablemente. Los visitantes prefieren sobre todo los amuletos, que según los vendedores, atraen la buena suerte.
La celebración más importante para los santeros brasileños es la fiesta de Yemayá, una popular deidad africana. La ceremonia se realiza en las costas atlánticas del país y sus seguidores se visten de blanco para venerar la imagen.
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