Aunque se dio a conocer con su larga cabellera negra, la diva colombiana lleva varios años ya con el cabello teñido de rubio y un estilo totalmente diferente al de su juventud.
Se podría decir que la imagen de Shakira ha ido evolucionando paulatinamente hasta encajar en el prototipo de estrella del pop internacional, una transformación que preocupa a algunos de sus fans más tradicionales que aún recuerdan con nostalgia la salvaje melena oscura de "Pies Descalzos".
Sin embargo, la colombiana tiene claro que los cambios físicos que ha atravesado últimamente no influyen en absoluto en la profunda conexión que a día de hoy mantiene con su tierra natal y con su diverso bagaje cultural, en el que confluyen raíces libanesas por parte de padre, y catalanas e italianas procedentes de su madre.
De hecho, la pareja de Piqué se siente muy cómoda ofreciendo una imagen menos estereotipada de su cultura, ya que se siente tremendamente orgullosa de ser una de las pocas artistas latinas con el pelo rubio.
“Al fin y al cabo el color de mi pelo es simplemente eso, un color. Me gusta ser rubia porque siento que es un tono que aporta mucha luminosidad a mis actuaciones en directo, y hace que mi cara destaque más. Cuando llevaba mi melena más oscura tenía un aire demasiado gótico. Y además, ¿cuántas latinas rubias hay en este mundo? Ahí lo tienen”, reflexionó durante una entrevista con una revista de belleza.
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