Los datos científicos, recogidos por el Trineo de Viento (el vehículo eólico que se encuentra actualmente circunnavegando Groenlandia), demuestran la existencia de contaminantes orgánicos y algún pesticida en el plateau antártico.
Los resultados de este estudio, que comenzó en la expedición anterior, se presentarán mañana en Suiza, en el congreso anual de la Sociedad Europea de Toxicología y Química Medioambiental (Setac 2014).
La presentación pondrá de manifiesto cómo “el ser humano está perturbando la biosfera”, pero también el “gran potencial” del Trineo como vehículo científico de muestreo, según refleja un comunicado emitido por los ponentes.
La Antártida, ese “desierto helado, lejano e impoluto, con barreras naturales que en teoría lo protegen” es en realidad más vulnerable, han explicado Ana Cabrerizo, investigadora del Instituto para el Medio Ambiente y la Sostenibilidad de la Comisión Europea y Jordi Dachs, del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua.
Dichas partículas contaminantes, de una vida media-larga, no quedan “atrapadas” en la nieve como en un principio se creía, retrasando así su llegada a la meseta antártica, sino que se van moviendo de las regiones templadas a las más frías.
Estos descubrimientos, han sido posibles gracias a que el Trineo de Viento pudo realizar un muestreo atmosférico “en un recorrido que va desde Estación Novolazarevskaya, a 75 km de la costa, hasta el Glaciar Unión, cruzando el Polo Sur durante 35 días” han especificado.
El Trineo de Viento continuará recogiendo datos científicos, esta vez en el interior de la isla de Groenlandia, donde se encuentra investigando las características de la nieve para el Instituto Pirenaico de Ecología, tras haber recorrido más de 500 kilómetros de los 5.000 previstos para la ruta.