En el medio del desierto de dicho país, mientras buscaba un lugar para rodar su nueva película, al actor se le pinchó una llanta, viéndose forzado a comprar tres mulas para transportarse a la ciudad más cercana.
Con la rueda pinchada, sin llanta de repuesto y sin cobertura de móvil para pedir ayuda, Hanks y sus dos acompañantes intentaron caminar a pie rumbo a Rabat, un viaje que hubiese sido bastante arduo.
Gracias a un comerciante que pasaba con sus tres mulas, pudieron superar el trayecto.
"El hombre casi no hablaba inglés, pero captó el mensaje cuando Tom sacó la cartera y llegaron a un acuerdo para comprar las tres mulas", comentó una fuente no identificada al sitio showbizspy, citado por la prensa marroquí.
El director y dos miembros del equipo de rodaje alcanzaron el pueblo dos horas más tarde, desde donde pudieron llamar por teléfono al resto del equipo para que los vinieran a buscar en un jeep.
Una vez rescatados, "el actor intercambió las mulas con un tendero por refrescos y bocadillos",
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