Los vaticinios se cumplieron en el estreno de la Fórmula 1 en 2014. La escudería Mercedes consiguió la primera posición en la parrilla del GP de Australia a través de su pasajero más potente, Lewis Hamilton. Fernando Alonso no llegó a la altura del coche alemán, pero completó una sesión muy competente, en quinta posición. Los Mercedes y los McLaren parecen los bólidos más rápidos.
La noticia fue el retraso de Vettel, relegado a la decimosegunda plaza después de arrasar los últimos cuatro años.
Al maremagnum de cambios en la reglamentación y a los aplicados en la clasificación para evitar que los pilotos reserven neumáticos, se añadió la lluvia. Albert Park recibió a la F1 con agua, como sucedió el año pasado (la crono se celebró el domingo y no el sábado por la tromba). Eso provocó incertidumbre en los equipos, uno de ellos Ferrari.
Alonso tardó en salir a pista y logró el cuarto mejor tiempo y, por tanto, su pase a la Q2 con la bocina sonando. El golpe pilló de lleno a Lotus. Sus dos tripulantes (grosjean y Maldonado) fueron eliminados. El coche tardó en salir por un problema mecánico.
Esta fase inicial del año deparó la noticia que probablemente esperaban los inspiradores de las nuevas normas. Sebastian Vettel, campeón del mundo abrumador de los últimos cuatro años, que en 2013 logró nueve poles, quedó eliminado en la Q2. Situación extraña y de riesgo. Se la jugó a última hora con el cronómetro a cero y no mejoró el tiempo de doce pilotos. Por contra su compañero en Red Bull, Daniel Ricciardo, fue segundo en este tramo detrás de Rosberg y por delante de Alonso, que se coló sin problemas con el tercer registro. Desde Bélgica 2012 no se quedaba cortado Vettel en la Q2, sin acceso a la Q3. En su regreso a Ferrari, Raikkonen se golpeó con un muro y fue eliminado.
La última ronda quedó configurada así en lo relativo a los motores de los coches: 6 Mercedes, 3 Renault y 1 Ferrari (el de Alonso). Y fue una sucesión de imprevistos. Nuevos protagonistas en la escena, como Ricciardo (Red Bull), Magnussen (McLaren) o Kvyat (Toro Rosso). La pole fue una pelea entre los dos Mercedes y el Red Bull de Ricciardo, con Alonso en el segundo escalón a la espera de algún tropiezo. Hamilton impuso sus galones de veterano con una última vuelta genial que llevó a Mercedes, como era el pronóstico, a la primera pole del año.
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